Llevo tiempo, quizás desde que colaboro en el blog, queriendo escribir un artículo dedicado a las grandes y gloriosas aventuras, y algo antiguas, del Caballero Dirk, el caballero más valiente de los salones recreativos.
Echando la vista años atrás, bastantes años, recuerdo con nostalgia los años de mi niñez. Y al recordar aquellos años, entre tantas muchas otras cosas, siempre acaban viniendo a mi mente los años más tiernos de mi juventud y, junto a ellos, mis amigos del patio. Ellos fueron los mejores amigos del mundo y como ellos jamás habrá otros. Juntos descubrimos poco a poco la vida, con sus gracias y sus tristezas, con sus juegos y sus deberes, con sus veranos y sus inviernos, con sus Press Start y sus Game Over.
Entre multitud de recuerdos me viene a la mente que, cerca de casa, a apenas 1 minuto de camino, teníamos unos recreativos con la fachada amarilla en los cuales los mayores del barrio se dejaban los cuartos. Mientras tanto los pequeños, porque nosotros éramos los pequeños del patio, nos limitábamos a mirar sus partidas y poco más. Caray, quién pudiese acordarse del nombre de aquellos recreativos…
Bueno, el caso es que uno de los momentos más impactantes en mi vida de jugón lo he vivido en aquellos salones: un acontecimiento que marcaría un antes y un después en lo que a día de hoy son mis hobbies, fue cuando pusieron esto…
Esto que tenéis al lado es la Italian Cabinet de Dragon’s Lair, y sí, estaba en los recreativos de al lado de mi casa. Reconozco que lo normal es que hubiésemos tenido la European Cabinet, que estaba en algunos otros recres, pero no sé porqué en los de casa teníamos el mueble italiano. Gracias a estas 2 pantallas, el que jugaba podía hacerlo “tranquilo” mientras el resto admiraban lo que ocurría en la superior. Y pongo tranquilo entre “” porque si jugar “tranquilo” es hacerlo rodeado de gente, muchísima gente, todos pendientes de tus movimientos, pues que venga Dios y lo vea… Y no exagero, porque Dragon’s Lair era el centro de atracción de los recreativos. Las miradas se centraban en su pantalla superior nada más entrar al garito.
Cuando Dragon’s Lair llegó al barrio tendría yo unos 7/8 años. Que yo fuese tan pequeño fue una pena porque no pude jugar todo lo que quise, pero sí que pude jugar unas cuantas partidas. Y aunque he de reconocer que no conseguí llegar muy lejos, al menos puedo decir que YO LO HE JUGADO. Hay que reconocer por otro lado que el juego de Don Bluth destacaba sobre el resto de las máquinas de la época. Entre tanto píxel en movimiento que había, la animación de Dragon’s Lair y su aire de peli de dibujos animados invitaba, si no a jugarla, cuanto menos a verla en movimiento. Si hubiesen vendido palomitas en los recreativo seguro que más de uno se hubiese sentido como en el cine.
Algo que me viene a la memoria, y que me provoca una sonrisa, es la frase que siempre te soltaban cuando decidías echarle 5 duros a la máquina. Aparte de que todo el mundo parecía siempre saber lo que había que hacer para pasar la pantalla, y los consejos nunca están de más, siempre aparecía el típico gorroncillo que te soltaba aquello de “¿me dejas que te la pase?” Era para haberle contestado “Claro, claro, me he tirado toda la semana ahorrando 5 duros para que vengas tú ahora y juegues mi partida.”
Para todos aquello que no lo sepan Dragon’s Lair fue uno de los primeros juegos lanzados en Laser Disc, lanzado en junio de 1983 por Cinematronics en colaboración con el animador Don Bluth. Dragon’s Lair, como ya hemos apuntado, supuso toda una revolución del panorama entre tanto píxel y las limitaciones de la época. Gracias al Laser Disc se consiguieron superar éstas limitaciones, sobre todo por la capacidad de almacenamiento del soporte.
Dragon’s Lair nos ponía en la piel de “Dirk the Daring” quien debe rescatar a la Princesa Daphne de las garras del malvado Dragón de turno. El juego está basado completamente en la técnica FMV, Full Motion Video, y nuestras acciones se limitan a pulsar la dirección correcta en el momento apropiado o bien utilizar la espada cuando sea menester. Este tipo de juegos está basado en lo que se conoce como Quick Time Events, y no había margen para más movimientos que o el correcto o los incorrectos. Cada pantalla consta de una serie de movimientos los cuales han de ser realizados en su momento preciso y en la secuencia correcta para pasar a la siguiente. Si no acertamos en el movimiento correcto o lo realizamos antes o después, nos podemos dar por muertos.
Dragon’s Lair supuso todo un triunfo en el mundo Arcade. En los EEUU supuso toda una revolución y, según consta en diversos artículos de la prensa especializada, los chicos de allí eran capaces de esperar durante todo el día una cola interminable para echarse una partidilla. Y eso que era la primera máquina que estrenaba tarifa: $0.50 por partida, cuando lo normal es que por $0.50 te diesen 2 partidas. Por lo que veo el cambio de allí a aquí siempre ha sido el mismo…
Rick Dyer, presidente en aquel entonces de Advanced Microcomputer Systems, fue el que ideó Dragon’s Lair. Un grupo de diseñadores crearon los personajes y las localizaciones, coreografiaron los movimientos de Dirk con los distintos monstruos del castillo y obstáculos y el departamento de arte de AMS creó los storyboards de cada prueba, como si de una guía se tratase y como ayuda para la animación final.
El juego fue animado por el veterano y experimentado diseñador de Disney Don Bluth y su estudio. El coste total de la animación fue de 1 millón de dólares americanos y les llevó un total de 7 meses. Y todo esto para un total de 22 minutos de animación final. Como no había más pasta para gastar en modelos para la Princesa Daphne, decidieron comprarse unas cuantas Playboy's y echarles un vistazo para inspirarse en su creación. Por el tema de la pasta también decidieron poner ellos mismos las voces al juego, y así ahorrarse unas perras ya que tan solo contrataron a un actor: fue Michael Rye quien empleó su voz para dar vida al narrador. El señor Rye sería también el narrador en los juegos de Space Ace y Dragon’s Lair II.
Como curiosidad os diré que la voz de Dirk es la del editor Dan Molina, aunque tan solo tenga 2 frases, por llamarlo de alguna manera, a lo largo de todo el juego.
Gracias a la mano de Don Bluth y a la de su equipo, el artwork de Dragon’s Lair, así como la animación de la Princesa Daphne, contaba con la más alta calidad en los salones arcades de la época.
La música y los efectos de sonido fueron compuestos y puestos en escena por Chris Stone de EFX Systems, en Burbank. Bryn Rusenko y Glen Berkovitz fueron los encargados de su grabación. Como dato curioso y anecdótico os diremos que la Intro del juego, la cual sonaba una y otra vez, y que tenía una duración de 43 segundos, fue grabada en una sola sesión de 18 horas de duración, contando para ello con teclados como el E-mu Emulator y el Memory MOOG.
El reproductor Laser Disc original que venía con el juego, Pioneer LD-V1000 o PR-7820, se rompía con bastante facilidad ya que estaban diseñados y pensados para reproducir películas, no para reproducir Dragon’s Lair durante todo el día de forma continua. Reproducir Dragon’s Lair implicaba un movimiento desorbitado por parte del láser, que debía buscar distintas animaciones en el disco en función de la pantalla y del movimiento ejecutado. Tanta búsqueda unida al tiempo que estaba encendido el lector, provocaba que éste fallase con bastante frecuencia. Si a esto le unimos el éxito que tuvo el título y que era uno de los más jugados, pues es más que lógico el hecho de que se estropease con bastante facilidad, teniendo que ser reparado o reemplazado con bastante asiduidad.
El juego original USA de 1983 utilizaba un reproductor Pioneer NTSC de simple cara, ya que la otra cara incorporaba una placa de metal para evitar que el disco de doblase. La versión europea del juego fue producido por Atari bajo licencia y utilizaba, lógicamente, el sistema PAL. El cabinet, o mueble, contaba con un diseño distinto al de Cinematronics. Mientras que el mueble USA contaba con una simple pantalla y encima de ésta un contador digital en el cual se reflejaban los puntos, las vidas restantes y los créditos, en el de Europa contábamos con el mismo mueble pero sin marcador, mientras que en Italia disfrutaban de la doble pantalla de la que ya hemos hablado.
El Arcade original constaba de un total de entre 37/42 pantallas, repitiéndose algunas de ellas pero me forma “reverse”. Es decir, que si en una pantalla había que darle a la izquierda, cuando nos enfrentábamos a la pantalla “reverse” había que atizarle a la derecha. En un principio jugar a Dragon’ Lair puede parecer sencillo, pero no lo es tanto. En todas las situaciones tenemos 5 movimientos a nuestra disposición, que son: izquierda, derecha, arriba, abajo y espada. Y tan solo la secuencia correcta nos permitirá pasar de pantalla, necesitando realizar más de 200 movimientos correctos para poder finalizar el juego. Finalizar el juego conociendo todos los movimientos nos llevará poco más de 12 minutos, teniéndonos que enfrentar a unas 1.000 situaciones de muerte.
La versión USA del juego no cuenta con todas las pantallas, faltando algunas como la del puente del principio, los “Ye Boulders” antes de los rápidos y la escena después de la batalla contra el Guerrero. En la versión europea las pantallas se jugaban en el orden en que venían almacenadas en el Laser Disc, comenzando siempre el juego con la pantalla del puente.
En contra a la teoría popular, tanto Dragon’s Lair como Space Ace aceptan algunos movimientos en diagonal. En ciertos casos estos movimientos son la simple combinación de otros 2, como es lógico por otro lado. Eso sí, estos movimientos en diagonal serían algo opcional, no un movimiento necesario.
Hubo diversas adaptaciones de Dragon’s Lair en los años 80 y 90, pero casi todas, debido al alto consumo de memoria junto a las animaciones detalladas, no contaban con todas las escenas del arcade original. Esto nos lleva a Escape from Singe’s Castle, una especie de secuela en la cual Daphne es raptada tras ser rescatada por Dirk, dándonos un motivo para volver a entrar en el castillo y salvarla de nuevo. Mientras que las versiones de 8 bits fueron desarrolladas por Software Projects, Readysoft se encargo de desarrollar las de 16 bits. Éstas últimas utilizaban nuevos sistemas de compresión y almacenamiento, pero el juego ocupaba un montón de discos de 3.5".
El éxito del juego dio paso también a una serie de animación para la televisión, en la cual se bautizó al Dragón como Singe y a Daphne se la cambió de vestido, poniéndole uno rosa para la ocasión, y estando así más tapadita. Tan solo se realizaron 13 episodios de 30 minutos de duración ya que aunque contaba con el mismo espíritu del arcade, la calidad de la animación era menor. Para mantener a la audiencia “enganchada”, antes del corte publicitario el narrador nos preguntaba cómo resolvería Dirk la situación. Tras la publi, se nos mostraban las distintas opciones de Dirk y qué pasaba tras ellas. Normalmente Dirk escogía siempre la correcta, que para eso era el bueno y el prota de la serie.
Aparte de la serie de animación, también se ideó toda una serie de merchandising con motivo del juego y entre la cual podríamos encontrar chapas, fiambreras, libros, cómics, juegos de mesa, juegos de cartas,… En este link podréis echarle un vistazo a todo esto y más.
Pienso en Dragon’s Lair hoy en día y veo en este gran juego de Don Bluth y compañía toda una obra maestra. Y no solo por la calidad que para mí atesora el título, que eso es ya algo personal, sino por lo que supuso en aquellos años y por la calidad de sus animaciones. Los recuerdos que pululan por mi mente seguramente contribuyen a esto, pero es que para mí fue todo un antes y un después. Es cierto que no es el mejor juego de la historia, ni el más original, ni tampoco el más largo, pero aún sin ser todo eso siempre está en nuestra memoria, siempre es objeto de recordatorios y homenajes como este.
Para mí Dragon’s Lair es el videojuego por excelencia. Y lo digo porque para mí, la esencia de un videojuego es que, aparte de todas sus excelencias y bondades técnicas, te transmita la experiencia de juego y te permita vivir aventuras que la vida normal no nos ofrece. Dragon’s Lair nos traslada a un mundo de ensueño, a una aventura sin igual en la cual debemos rescatar a la bella y sexy Daphne de las garras del malvado Dragón de turno. Y todo ello presentado de una manera espectacular, con unos gráficos de impresión y con todos los detalles cuidados al máximo. No es que los juegos basados en este sistema de eventos sean de mis favoritos, pero he de reconocer que Dragon’s Lair tiene un espacio especial en mi interior, por los tiempos de los tiempos.
Echando la vista años atrás, bastantes años, recuerdo con nostalgia los años de mi niñez. Y al recordar aquellos años, entre tantas muchas otras cosas, siempre acaban viniendo a mi mente los años más tiernos de mi juventud y, junto a ellos, mis amigos del patio. Ellos fueron los mejores amigos del mundo y como ellos jamás habrá otros. Juntos descubrimos poco a poco la vida, con sus gracias y sus tristezas, con sus juegos y sus deberes, con sus veranos y sus inviernos, con sus Press Start y sus Game Over.
Entre multitud de recuerdos me viene a la mente que, cerca de casa, a apenas 1 minuto de camino, teníamos unos recreativos con la fachada amarilla en los cuales los mayores del barrio se dejaban los cuartos. Mientras tanto los pequeños, porque nosotros éramos los pequeños del patio, nos limitábamos a mirar sus partidas y poco más. Caray, quién pudiese acordarse del nombre de aquellos recreativos…
Bueno, el caso es que uno de los momentos más impactantes en mi vida de jugón lo he vivido en aquellos salones: un acontecimiento que marcaría un antes y un después en lo que a día de hoy son mis hobbies, fue cuando pusieron esto…
Esto que tenéis al lado es la Italian Cabinet de Dragon’s Lair, y sí, estaba en los recreativos de al lado de mi casa. Reconozco que lo normal es que hubiésemos tenido la European Cabinet, que estaba en algunos otros recres, pero no sé porqué en los de casa teníamos el mueble italiano. Gracias a estas 2 pantallas, el que jugaba podía hacerlo “tranquilo” mientras el resto admiraban lo que ocurría en la superior. Y pongo tranquilo entre “” porque si jugar “tranquilo” es hacerlo rodeado de gente, muchísima gente, todos pendientes de tus movimientos, pues que venga Dios y lo vea… Y no exagero, porque Dragon’s Lair era el centro de atracción de los recreativos. Las miradas se centraban en su pantalla superior nada más entrar al garito.
Cuando Dragon’s Lair llegó al barrio tendría yo unos 7/8 años. Que yo fuese tan pequeño fue una pena porque no pude jugar todo lo que quise, pero sí que pude jugar unas cuantas partidas. Y aunque he de reconocer que no conseguí llegar muy lejos, al menos puedo decir que YO LO HE JUGADO. Hay que reconocer por otro lado que el juego de Don Bluth destacaba sobre el resto de las máquinas de la época. Entre tanto píxel en movimiento que había, la animación de Dragon’s Lair y su aire de peli de dibujos animados invitaba, si no a jugarla, cuanto menos a verla en movimiento. Si hubiesen vendido palomitas en los recreativo seguro que más de uno se hubiese sentido como en el cine.
Algo que me viene a la memoria, y que me provoca una sonrisa, es la frase que siempre te soltaban cuando decidías echarle 5 duros a la máquina. Aparte de que todo el mundo parecía siempre saber lo que había que hacer para pasar la pantalla, y los consejos nunca están de más, siempre aparecía el típico gorroncillo que te soltaba aquello de “¿me dejas que te la pase?” Era para haberle contestado “Claro, claro, me he tirado toda la semana ahorrando 5 duros para que vengas tú ahora y juegues mi partida.”
Para todos aquello que no lo sepan Dragon’s Lair fue uno de los primeros juegos lanzados en Laser Disc, lanzado en junio de 1983 por Cinematronics en colaboración con el animador Don Bluth. Dragon’s Lair, como ya hemos apuntado, supuso toda una revolución del panorama entre tanto píxel y las limitaciones de la época. Gracias al Laser Disc se consiguieron superar éstas limitaciones, sobre todo por la capacidad de almacenamiento del soporte.
Dragon’s Lair nos ponía en la piel de “Dirk the Daring” quien debe rescatar a la Princesa Daphne de las garras del malvado Dragón de turno. El juego está basado completamente en la técnica FMV, Full Motion Video, y nuestras acciones se limitan a pulsar la dirección correcta en el momento apropiado o bien utilizar la espada cuando sea menester. Este tipo de juegos está basado en lo que se conoce como Quick Time Events, y no había margen para más movimientos que o el correcto o los incorrectos. Cada pantalla consta de una serie de movimientos los cuales han de ser realizados en su momento preciso y en la secuencia correcta para pasar a la siguiente. Si no acertamos en el movimiento correcto o lo realizamos antes o después, nos podemos dar por muertos.
Dragon’s Lair supuso todo un triunfo en el mundo Arcade. En los EEUU supuso toda una revolución y, según consta en diversos artículos de la prensa especializada, los chicos de allí eran capaces de esperar durante todo el día una cola interminable para echarse una partidilla. Y eso que era la primera máquina que estrenaba tarifa: $0.50 por partida, cuando lo normal es que por $0.50 te diesen 2 partidas. Por lo que veo el cambio de allí a aquí siempre ha sido el mismo…
Rick Dyer, presidente en aquel entonces de Advanced Microcomputer Systems, fue el que ideó Dragon’s Lair. Un grupo de diseñadores crearon los personajes y las localizaciones, coreografiaron los movimientos de Dirk con los distintos monstruos del castillo y obstáculos y el departamento de arte de AMS creó los storyboards de cada prueba, como si de una guía se tratase y como ayuda para la animación final.
El juego fue animado por el veterano y experimentado diseñador de Disney Don Bluth y su estudio. El coste total de la animación fue de 1 millón de dólares americanos y les llevó un total de 7 meses. Y todo esto para un total de 22 minutos de animación final. Como no había más pasta para gastar en modelos para la Princesa Daphne, decidieron comprarse unas cuantas Playboy's y echarles un vistazo para inspirarse en su creación. Por el tema de la pasta también decidieron poner ellos mismos las voces al juego, y así ahorrarse unas perras ya que tan solo contrataron a un actor: fue Michael Rye quien empleó su voz para dar vida al narrador. El señor Rye sería también el narrador en los juegos de Space Ace y Dragon’s Lair II.
Como curiosidad os diré que la voz de Dirk es la del editor Dan Molina, aunque tan solo tenga 2 frases, por llamarlo de alguna manera, a lo largo de todo el juego.
Gracias a la mano de Don Bluth y a la de su equipo, el artwork de Dragon’s Lair, así como la animación de la Princesa Daphne, contaba con la más alta calidad en los salones arcades de la época.
La música y los efectos de sonido fueron compuestos y puestos en escena por Chris Stone de EFX Systems, en Burbank. Bryn Rusenko y Glen Berkovitz fueron los encargados de su grabación. Como dato curioso y anecdótico os diremos que la Intro del juego, la cual sonaba una y otra vez, y que tenía una duración de 43 segundos, fue grabada en una sola sesión de 18 horas de duración, contando para ello con teclados como el E-mu Emulator y el Memory MOOG.
El reproductor Laser Disc original que venía con el juego, Pioneer LD-V1000 o PR-7820, se rompía con bastante facilidad ya que estaban diseñados y pensados para reproducir películas, no para reproducir Dragon’s Lair durante todo el día de forma continua. Reproducir Dragon’s Lair implicaba un movimiento desorbitado por parte del láser, que debía buscar distintas animaciones en el disco en función de la pantalla y del movimiento ejecutado. Tanta búsqueda unida al tiempo que estaba encendido el lector, provocaba que éste fallase con bastante frecuencia. Si a esto le unimos el éxito que tuvo el título y que era uno de los más jugados, pues es más que lógico el hecho de que se estropease con bastante facilidad, teniendo que ser reparado o reemplazado con bastante asiduidad.
El juego original USA de 1983 utilizaba un reproductor Pioneer NTSC de simple cara, ya que la otra cara incorporaba una placa de metal para evitar que el disco de doblase. La versión europea del juego fue producido por Atari bajo licencia y utilizaba, lógicamente, el sistema PAL. El cabinet, o mueble, contaba con un diseño distinto al de Cinematronics. Mientras que el mueble USA contaba con una simple pantalla y encima de ésta un contador digital en el cual se reflejaban los puntos, las vidas restantes y los créditos, en el de Europa contábamos con el mismo mueble pero sin marcador, mientras que en Italia disfrutaban de la doble pantalla de la que ya hemos hablado.
El Arcade original constaba de un total de entre 37/42 pantallas, repitiéndose algunas de ellas pero me forma “reverse”. Es decir, que si en una pantalla había que darle a la izquierda, cuando nos enfrentábamos a la pantalla “reverse” había que atizarle a la derecha. En un principio jugar a Dragon’ Lair puede parecer sencillo, pero no lo es tanto. En todas las situaciones tenemos 5 movimientos a nuestra disposición, que son: izquierda, derecha, arriba, abajo y espada. Y tan solo la secuencia correcta nos permitirá pasar de pantalla, necesitando realizar más de 200 movimientos correctos para poder finalizar el juego. Finalizar el juego conociendo todos los movimientos nos llevará poco más de 12 minutos, teniéndonos que enfrentar a unas 1.000 situaciones de muerte.
La versión USA del juego no cuenta con todas las pantallas, faltando algunas como la del puente del principio, los “Ye Boulders” antes de los rápidos y la escena después de la batalla contra el Guerrero. En la versión europea las pantallas se jugaban en el orden en que venían almacenadas en el Laser Disc, comenzando siempre el juego con la pantalla del puente.
En contra a la teoría popular, tanto Dragon’s Lair como Space Ace aceptan algunos movimientos en diagonal. En ciertos casos estos movimientos son la simple combinación de otros 2, como es lógico por otro lado. Eso sí, estos movimientos en diagonal serían algo opcional, no un movimiento necesario.
Hubo diversas adaptaciones de Dragon’s Lair en los años 80 y 90, pero casi todas, debido al alto consumo de memoria junto a las animaciones detalladas, no contaban con todas las escenas del arcade original. Esto nos lleva a Escape from Singe’s Castle, una especie de secuela en la cual Daphne es raptada tras ser rescatada por Dirk, dándonos un motivo para volver a entrar en el castillo y salvarla de nuevo. Mientras que las versiones de 8 bits fueron desarrolladas por Software Projects, Readysoft se encargo de desarrollar las de 16 bits. Éstas últimas utilizaban nuevos sistemas de compresión y almacenamiento, pero el juego ocupaba un montón de discos de 3.5".
El éxito del juego dio paso también a una serie de animación para la televisión, en la cual se bautizó al Dragón como Singe y a Daphne se la cambió de vestido, poniéndole uno rosa para la ocasión, y estando así más tapadita. Tan solo se realizaron 13 episodios de 30 minutos de duración ya que aunque contaba con el mismo espíritu del arcade, la calidad de la animación era menor. Para mantener a la audiencia “enganchada”, antes del corte publicitario el narrador nos preguntaba cómo resolvería Dirk la situación. Tras la publi, se nos mostraban las distintas opciones de Dirk y qué pasaba tras ellas. Normalmente Dirk escogía siempre la correcta, que para eso era el bueno y el prota de la serie.
Aparte de la serie de animación, también se ideó toda una serie de merchandising con motivo del juego y entre la cual podríamos encontrar chapas, fiambreras, libros, cómics, juegos de mesa, juegos de cartas,… En este link podréis echarle un vistazo a todo esto y más.
Pienso en Dragon’s Lair hoy en día y veo en este gran juego de Don Bluth y compañía toda una obra maestra. Y no solo por la calidad que para mí atesora el título, que eso es ya algo personal, sino por lo que supuso en aquellos años y por la calidad de sus animaciones. Los recuerdos que pululan por mi mente seguramente contribuyen a esto, pero es que para mí fue todo un antes y un después. Es cierto que no es el mejor juego de la historia, ni el más original, ni tampoco el más largo, pero aún sin ser todo eso siempre está en nuestra memoria, siempre es objeto de recordatorios y homenajes como este.
Para mí Dragon’s Lair es el videojuego por excelencia. Y lo digo porque para mí, la esencia de un videojuego es que, aparte de todas sus excelencias y bondades técnicas, te transmita la experiencia de juego y te permita vivir aventuras que la vida normal no nos ofrece. Dragon’s Lair nos traslada a un mundo de ensueño, a una aventura sin igual en la cual debemos rescatar a la bella y sexy Daphne de las garras del malvado Dragón de turno. Y todo ello presentado de una manera espectacular, con unos gráficos de impresión y con todos los detalles cuidados al máximo. No es que los juegos basados en este sistema de eventos sean de mis favoritos, pero he de reconocer que Dragon’s Lair tiene un espacio especial en mi interior, por los tiempos de los tiempos.
2 comentarios:
La verdad es que mi "culturilla general" sobre estas "viejas glorias" del mundo del videojuego es un poco pobre, pero con este "REPORTAJE" sobre "Dragon´s Lair", he podido ver por unos momentos con los ojos de Skyguso.
Me gusta el trabajo de investigación que has hecho, se nota que hay algo especial, una relación especial entre "Dragon´s Lair" y tu,....
Será porque fue uno de tus primeros juegos de recreativa???..
Gracias por "REPORTAJES" como este,...
Gran artículo y resumen de información; recuerdo especialmente la serie de animación, en la que me quedaba pillado con los "Y si Dirk hubiera hecho tal o cual..." xD
Publicar un comentario